Va por delante que me considero un antitaurino convencido, y digo convencido por que hace unos años me encantaba la denominada "fiesta", y me encantaba ver una buena faena, disfrutando del "espectáculo". Pero, poco a poco, mi percepción fue cambiando y, a pesar de la plástica, me fui fijando en el miedo y el sufrimiento del pobre animal... y francamente nada compensa eso. No para mí, y desde luego no para el toro.
Así que cuando me dicen que me tengo que encargar de hacer la promo del regreso de los toros a TVE, me puse malo. Me habría encantado declararme objetor, pero no habría colado. De pronto, en mi cabeza, se genera un conflicto de intereses, por un lado el hacer un trabajo visualmente atractivo y dar lo mejor de mi oficio para la promo. Por el otro, salir del paso con algo simplón y tratar de meterme lo menos posible en faena... Como me puede el ego, opté por lo primero, y me dí una estupenda paliza para sacar el curro adelante en el periodo de tiempo tan corto que me impusieron (la promo se empieza un lunes y se tiene que entregar ese miércoles a mediodía para su emisión). Preparo unas animaciones en tintas planas, unos cuantos videos del cartel en cuestión, una música fantástica que me trae mi compañero Javier, y con todo me pongo a mezclar y picar para que quede lo mejor posible.
Y de pronto algo que no me gusta queda "muy chuulo jesús" y plástico. Se crea de nuevo la dicotomía: por sacar el curro adelante, y por contribuir a una tradición que me horripila. Por dar calidad a algo pedido deprisa y corriendo en detrimento de trabajos solicitados con planificación alentando así a mis jefes a que sigan en la dinámica que imponernos el aqui y ahora laboral que tanto me jode...
En fin, aqui os presento a la criatura, espero que os guste.