Que el found footage está en plena forma es indudable; Heredero directo del falso documental, o mockumentary, este género muestra material de audiovisual, supuestamente encontrado y sin aparente edición del mismo, que describe la historia de sus autores hasta el mismo momento de perder la cámara (en terror generalmente de manera trágica).
Formalmente se caracteriza, por sus movimientos de cámara, la carencia de banda sonora, un sonido mal nivelado, desenfoques, los drops, la suciedad en la edición, y todos los elementos que ayudan a emular la sensación amateur de una filmación.
Con estas características no es de extrañar que cada vez sea más frecuente, ya que los costes de producción y la forma de rodar lo hacen tremendamente barato. Pero la verosimilitud tiene también un precio, y en el found footage no es desdeñable; Así, prácticamente todas las películas abusan de los tiempos muertos y en su mayoría durante la mitad de la historia no sucede nada o casi nada interesante, tampoco se llega suele llegar a una explicación argumental lógica de lo que se presencia, y su conclusión es tan abrupta como incómoda para el espectador.
VHS es un buen ejemplo de todo lo expuesto anteriormente. Se trata de una recopilación de cuentos de terror, dirigidos por varios autores y unidos por una trama troncal que a su vez es otra historia sobrenatural, todos ellos bajo la apariencia del video doméstico y con texturas que van desde la cámara de video casera, a la de vigilancia o la videoconferencia.Con, aparentemente, más presupuesto de lo normal en el género, VHS, cuenta con unos efectos especiales y de maquillaje solventes, y es en el guión donde encontraremos la flaqueza de la producción.
Las historias son totalmente superficiales, y salvo en un par de ellas algo más brillantes, aburridas en su desarrollo. Todas contienen un par de minutos de escenas inquietantes por un cuarto de hora de intranscendencia y tedio. Tendremos de todo , slashers, apariciones, o vampiros, dentro de historias cercanas a las leyendas urbanas, pero muy pobres en sus desarrollos; Los personajes carecen de interés, y resultan o planos o desagradables, dificultando mucho cualquier sentimiento de empatía por ellos.
A pesar de todo, la película soporta un primer visionado con cierto interés gracias a algunos aciertos, como que una historia este grabada sobre un video porno amateur, la candidez de Hellen Rogers en el segmento de las webcams, o el desmadre visual del último de los relatos. Pero la sensación final es la de que la cinta es más interesante por su forma que por su contenido, algo que teminará de confirmar el vacio, absurdo, y precipitado final de su historia troncal.