Han pasado ya 2 semanas de la clausura del festival de Sitges, tiempo suficiente para digerir la ingente cantidad de películas vistas, en mi caso más de 40, cazar algunas que se me escaparon, y pasar a limpio las impresiones de esta edición, la 45, llena de títulos remarcables, algunos incluso memorables.
El cine español se encargó, como ya es costumbre, de abrir el festival con "El cuerpo"; Una cinta de suspense con desenlace inesperado, pobre de resultado aunque vistosa de factura. Afortunadamente, "Insensibles", una revisión en tono fantástico de nuestra guerra civil, y "Animals", un cuento muy personal sobre la adolescencia, elevaron el listón de nuestra aportación al certamen.
El cine español más "norteamericano" también brilló con la dramática y mediática "Lo imposible", y con la aportación de Carparsoro al cine de acción, "Invasor" , una especie de "Caso Bourneyño" (por eso de que transcurre en Galicia). Ambas gustaron y demostraron su solvencia en esto de entretener.
Algo más floja fue la acogida a "El bosc" primera incursión cinematográfica en el universo del autor Albert Sánchez Piñol .
Con mucha discreción se proyectó "O apostolo", también española. Una pena, pues la cinta merecía más atención de la que recibió. Reseñable por ser el primer largometraje europeo de stop-motion con técnica 3D, por su cuidadísima estética, y por ser el último trabajo en el que veremos (mejor dicho oiremos) al desaparecido Paul Naschi. Un cuento sobrenatural con pinceladas de humor (tal vez demasiado pocas para su look) totalmente recomendable para los amantes del cine de animación adulto.
También animación para adultos y también brillante, la checa "Alois Nebel", narraba los últimos días del comunismo y la llegada del capitalismo en paralelo a la transformación de su protagonista. Una película sobre la memoria y el pasado muy recomendable de la que seguramente seguiremos oyendo.
La animación familiar parecía centrarse este año en el terror transformado en comedia para los más pequeños. Películas plagadas de incontables homenajes que sacarán carcajadas a los adultos. El "Frankenweenie" de Tim Burton centra su atención en el terror de la universal de los 50-60. "Hotel Transilvania" concatena gags bizarros al más puro estilo de los Adams aunque con menos mala baba, y "El alucinante mundo de Norman" apunta a un terror más actual plagado de zombies y espectros. Todas ellas una juerga para niños y mayores.
Un continente que demuestra, año a año, ser brillante en Sitges es sin duda Asia. Su abrumadora cantidad de títulos y la calidad de los mismos es incontestable. Su abanico abarca desde las artes marciales más espectaculares con "Warriors of the drangon gate" (en Imax 3d) o "Tai chi zero" (en 3d y jugando con la realidad aumentada), al drama con tintes de cine negro "The taste of money", el cine de mafiosos de "Outrage belown" de Kitano o "Nameless ganster", o la acción más frenética de "The viral factor" o "Motorway", sin olvidar el cine fantástico del que hablaremos más adelante.
Los hijos de 2 admirados directores, Lynch y Cronenberg, presentaron sus películas entre la expectación de los fans de sus padres. "Antiviral" del primerizo Brandon Cronenberg, convierte a los medios de comunicación más frívolos en un nuevo dios, y a los famosos que estos medios crean en mesías que adorar, imitar, e incluso, por los que morir. Una película hermética, difícil, plomiza y plagada de escenas turbadoras. heredera directa de "Videodrome" o "Crash" aunque con menos gancho que estas.
Para Jennifer Lynch el festival no le era ajeno, hace pocos años " Surveillance " le había otorgado varios premios. En esta ocasión presentaba una película, "Chained" y protagonizaba, muy a su pesar, un brillante documental.
Chained" es un relato durísimo sobre un asesino empeñado en trasmitir sus instintos a su pupilo, un joven al que tiene de rehén desde que asesinó a su madre. Una cinta muy interesante, con grandes interpretaciones, Vincent Donofrio le quitó el premio de mejor actor al protagonista de "Holly Motors", y que pese a ir perdiendo fuelle en su desarrollo, fue de lo mejorcito de la sección oficial. El documental "Despite the Gods ", por su parte, narra los desastres del rodaje de la anterior película de la directora, la producción de Bollywood "Hisss"
Otros asesinos notables fueron los protagonistas de "Sightseer", una pareja de sicópatas, él en activo y ella en proyecto, que recorren los paisajes británicos dejando cadáveres aquí y allá, en una negrísima comedia como sólo los ingleses saben hacer. Su protagonista femenina se llevó un premio gracias a una genial interpretación.
Las que no tuvieron ninguna, pero que ninguna gracia, fueron las insustanciales asesinitas de "Springbreakers", sesión sorpresa del festival, que narraba, con la estética del reggaetón más chusco, las andanzas de 4 memas poligoneras por el lado salvaje de la vida. Lamentable en todos los aspectos, y eso que James Franco hace una buena actuación pero ni por esas...
Otra de las decepciones fueron las brujas de "Lods of Salem" que, pese a los aplausos de los incondicionales de Rob Zombie y algún acierto en lo visual, resultó tan vacía como tediosa. Y es que este año cine de terror, lo que se dice terror, hubo poco. A parte del mencionado film de Rob Zombie, en la sección oficial compitió la floja "Sinister", una suerte de revisión de "El resplandor" con calidad muy inferior, pero que al menos se deja ver. Con menos presupuesto y mayor acierto "The pact", con casa encantada y secretos ocultos, funciona muy bien pese a no aportar nada nuevo. Los asiáticos colaboraron en esto de provocar sobresaltos con el recopilatorio de cuentos de terror "Horror stories" de varios directores coreanos y con al menos un par segmentos memorables. La revisión del terror más clásico vino de la mano de Dario Argento con su delirante "Dracula 3d", remix del universo Hammer y la violencia del giallo más sangriento.
El terror de los 80 también hizo acto de presencia en Sitges. Las proyecciones de "Cabin in the woods" (ha sido una de las pocas oportunidades de verla en pantalla grande en España, pues saldrá automáticamente en formato doméstico) levantaron las mayores ovaciones del público. No es de extrañar, pues sus 30 minutos finales son una revisión de imaginario del terror de todos los tiempos y todo un regalo para cualquier aficionado al género. Eso sí, que la película sea tan buena como predican sus fans es otro cantar.
El segundo homenaje a los 80 llegó en forma de remake, "Maniac" de Franck Khalfoun, y con guión de Alexande Aja nos introduce literalmente dentro de la cabeza de un asesino, nos bombardea con sus atormentados pensamientos, y nos lleva de la mano, mediante el uso la permanente cámara subjetiva, por sus crímenes. Con un Elijah Wood al que oímos constantemente pero apenas veremos, la cinta es tan acertada como dura de ver, y muy superior a su original aunque, al final, con las recurrentes persecuciones del cine de maníacos pierde algunos enteros
Como una hermana en versión policial de "Maniac" pudimos ver "Crave", ambas hijas ilegítimas de "Taxi driver". "Crave" narra de forma eficiente, las frustraciones de un reprimido fotógrafo enamorado de su vecina. Las fantasías en las que se refugia, le van haciendo, poco a poco, perder el contacto con la realidad.
Y realidad falsa es lo que ofrece el formato found footage (cinta encontradas en cristiano), o los falsos documentales (mockumentals) que abundaron este año; Desde la española "La cueva" con unos adolescentes perdido es una gruta con el hambre y el miedo como enemigos, a "V/H/S" recopilatorio de cuentos de terror modernos en formato de video doméstico, con un guión muy flojo. Desde la cuarta entrega de "paranormal activity" que demuestra el desgaste total de su fórmula, a dos de dinosaurios: la floja y barata "Area 407" y "the dinossaur project", con un presupuesto mucho más holgado y con buenos efectos especiales, pero que resulta igual de insulsa . Sin duda la más lograda fue "The bay" de Barry Levinsson, que logró aterrorizar y llenar de realismo la pantalla, en una cinta de parásitos mutados, con claro mensaje ecológico, tan eficaz como entretenida.
Los bichos de Levinson fueron los más terroríficos, pero no los únicos. De Corea otros diminutos parásitos, los de "Deranged" transformaban en potómanos, bebedores compulsivos de agua, a media población mientras la otra media se desvivía por encontrar una vacuna. Por su parte los monstruos de "Grabbers", con sus tentáculos a lo Lovecraft y su apetito voraz, sólo tienen un enemigo: el alcohol; Así que todo el pueblo se agarra una buena melopea en esta, a ratos divertida a ratos sosa, comedia irlandesa. De nuevo una serie de personajes encerrados en un espacio laberíntico, un edificio de trasteros, quedan a merced de un alien; Se trata de "Storage 25", tan poco original como aburrida."Pirannha 3DD" sumamente inferior a su predecesora, que ya de por si era mala, y se queda en un despliegue de chavalas en top-less y gore escabroso del peor gusto...una gamberrada.
La ciencia ficción, acertó mucho más. De Corea "Doomsday book" trajo 3 cuentos apocalípticos con un segmento, el central, "The heavenly creature", brillante de guión y factura, y que plantea una idea atractiva, la aparición de un robot asceta. Otro robot, el de "Robot & frank" asistente de un anciano cleptómano, llenó de ternura la pantalla en una cinta amable y sin aristas que gustó por la actuación de su protagonista, Frank Langela, y por su eficaz y simpático guión.
Una del espacio, que llevaba un par de años creando expectación en las redes sociales aterrizo en Sitges. "Iron Sky" plantea una invasión nazi procedente del lado oculto de la luna, en un futuro próximo; Mucha crítica política, mucha comedia y eficaces efectos especiales que, en cualquier caso, no logran quitar al espectador cierta decepción por el resultado.
Los viajes en el tiempo sí que fueron bien aplaudidos, en "Safety not garanteed" los hay de muchos modos... si es que realmente hay alguno, y resultó ser una película independiente muy divertida y original. ¿Y qué decir de los saltos temporales de "Looper"? Pues que la cinta logra sacar mucho partido de una trama, que se antoja simple al comienzo de la historia y, que termina llevándote a territorios menos explorados. Si le sumamos sus buenas actuaciones, atención al jovencísimo Pierce Gagnon, pues estamos ante un filme notable dentro de su género.
Para finalizar resaltar, los 2 títulos, para mi gusto los más brillantes de todo lo visto:
La norteamericana "Excision" narra, en clave de comedia ácida en su inicio y de tragedia en la conclusión, el naufragio de una fantasiosa y confundida adolescente, eclipsada por la enfermedad de su hermana, censurada por su conservadora madre, e incapaz de entrar en el traje que le prepara la sociedad que le rodea. Un cuento atroz y violento, heredero del cine de Toz Solondz y en menor media de underground de Waters. Cuenta con una Tracy Lords asombrosa en su papel de madre, dentro de un reparto perfectamente afinado. Todo un descubrimiento para este que escribe.
Y la gran ganadora, "Holy Motors". Una excentricidad aplaudida por la crítica y vapuleada por una buena parte del público. Es una cinta inclasificable, irregular en su recorrido, cómica a ratos, trágica en otros, fascinante, onírica, y un montón de adjetivos que, finalmente, aportan pero no aclararán la extraña experiencia que supone su visionado. Tampoco es una película que se pueda recomendar de manera cómoda, pues muchos encontrarán en ella un viaje alucinante, y otros, una nueva patochada del cine francés. La cuestión es que, para mí, cuanto más tiempo pasa desde que la ví, más y más me descubro pensando en ella y rindiéndome a su rareza. Sin definirse ni decantarse por ningún estilo, Holy motors, es un homenaje constante al mundo del actor, al placer de la dramaturgia, a la caracterización y la planificación de un papel. También supone un homenaje a los pequeños instantes, universalmente nimios o invisibles, que sin embargo marcan nuestra personalidad, nos inspiran, nos aterran o nos divierten. Y por último pero no por ello secundario, Holy Motors es un canto al absurdo, a la sorpresa constante, a la variedad creativa y al eclecticismo formal.
Leos Carax firma este título que tiene todo el aire de testamento cinematográfico, de obra culmen. El autor de, entre otras, Los amantes del Pont-Neuf o Pola x, llena todos los minutos del film de personajes dibujados con gran acierto en pocos planos. Esta capacidad descriptiva de Carax nos hace entrar en su juego, en la mayoría de los momentos, de forma rápida a pesar de tener apenas unas pinceladas de información de lo que está pasando frente a nosotros. Una cinta increíble, que a ratos recuerda a Buñuel y que seguro va a seguir dando de qué hablar y cosechando premios.
Hasta aquí mi resumen de Sitges 2012, de lo bueno y de lo no tan bueno, mi pequeño mapa de los tesoros de un festival imposible de abarcar, plagado de títulos que pueden no llegar a nuestras pantallas y que son tan interesantes como particulares. Un festival, que merece ser visitado al menos una vez, no sólo por su increíble localización, Sitges es precioso, sino también por su ambiente único y su singular público.
Fotos cedídas por Alejandro Antón