Otra vez, y como todos los años, toca hacer resumen y recapitular sobre lo bueno y lo malo (parece que esta vez gana lo segundo). En una televisión pública en plena ebullición, los programas abordan sus resúmenes cargados de incertidumbre respecto a nuestro futuro, una incertidumbre y unos cambios que han creado una atmosfera de trabajo extraña... De entre todos los resúmenes, el informe del año de "Informe semanal" es sin duda el programa de más solera de nuestra cadena en esto de resumir las noticias y acontecimientos acaecidos.
Mucho tiempo sin actualizar esta página, puede dar la idea de que llevo una temporada de brazos cruzados... nada más lejos de la realidad. He tenido lio laboral, con elecciones en Cataluña, un programa para Canarias que terminó en un fracaso en lo que a mi participación respecta, y el especial de informe semanal "Informe del año", con nuevos responsables y mucho lío en su redacción.
Tiempos revueltos en todas partes y también en la televisión. Personalmente cansado de la política que impera en mi departamento y de la falta de consideración en el volumen de trabajo y en la valoración del mismo, decidí que era el momento de moverme de departamento e intentar nuevos proyectos. Tras hablar con el departamento de interactivos de RTVE, y ver que alguien con mi perfil podría aportar y recibir cosas nuevas y edificantes, solicité el cambio. Desgraciadamente mis jefes prefieren tener a un currante quemado que dejarme moverme a nuevas opciones. Con este panorama, se abre ante mí un futuro incierto y las expectativas sobre lo que será este año son, digamos, muy grises.
Como cuando uno cambia de compañía de móvil, ahora parecen valorar los esfuerzos y conocimientos que he aplicado estos años. Conocimientos que vienen de mi tiempo libre y de mi dinero... Una valoración injusta que se demuestra sólo en buenas palabras, palmaditas en la espalda, obligaciones a hacer trabajos que parece ser que el resto es incapaz, sobrecarga de tareas que muchas veces termina en un bloqueo, y colocar mi criterio estético por debajo del de cualquier otro implicado en el proyecto.
No soy jefe. No es mi departamento, yo sólo trabajo en él, como me han dejado claro. Pero dada la situación actual, no entiendo muy bien que puedo aportarles dado nuestro desentendimiento. Una situación especialmente dolorosa pues mi trabajo me gusta. Y dada la situación actual en nuestro país parece que no tendría que quejarme... pero reivindico mi derecho a la protesta. Y a poder descargar mi frustración en este espacio que es personal.
Han pasado ya 2 semanas de la clausura del festival de Sitges, tiempo suficiente para digerir la ingente cantidad de películas vistas, en mi caso más de 40, cazar algunas que se me escaparon, y pasar a limpio las impresiones de esta edición, la 45, llena de títulos remarcables, algunos incluso memorables.
Una limusina recorre Paris con un enigmático pasajero. Un ser camaleónico que tiene en el interior de su auto un camerino en el realiza distintas caracterizaciones. Con ellas interpreta episodios e instantes de la ciudad y de la vida de sus habitantes.
La cinta nos presenta a Alois Nebel, un funcionario de ferrocarril, destinado en una remota estación checoslovaca próxima a su frontera. Alois, retraido y callado, vive traumatizado por una experiencia de su infancia que le ha marcado de tal forma que, cada poco, ingresa en una institución mental para aliviar su torturada cabeza. Situada en los finales de la guerra fría, el pasado tortuoso de protagonista será también el de su propia nación, sumida en una degradación moral y política, cuyo destino, cosas del cine, correrá paralelo al de nuestro protagonista.